La importancia de la higiene bucal: Un hábito poco común
Para casi todo el mundo, el momento en el que suena el despertador y toca despertarse pronto para ir al trabajo o la escuela suele ser uno de los momentos más desagradables del día. Ante esta situación, por dormir un poco más podemos caer en el fallo de retrasar el despertador y aprovechar unos minutos más en la cama, lo que se traduce en un menor tiempo para llevar a cabo la rutina de mañana, en la que al final la limpieza bucal que debería llevarse cada mañana, es la principal olvidada.
A menudo se utiliza la expresión ‘no tengo tiempo’, pero el problema es que desconoce la importancia que tiene no sólo cepillarse los dientes antes de dormir.
Lavarnos los dientes por la mañana y utilizar el hilo y enjuague bucal, no sólo eliminará el mal sabor y olor de boca con el que podemos levantarnos, también hará que empecemos el día con una sonrisa reluciente y libre de bacterias. No hay escusas cuando se trata de un tema de vital importancia para nuestra salud como es nuestra boca, ya que es una de las partes de nuestro cuerpo que más atención de higiene requiere.
¿Cómo llevar una buena higiene dental?
Para llevar a cabo una correcta higiene dental, lo más adecuado será preguntarle a tu dentista de confianza cuál es la mejor forma de cepillarse los dientes y cómo es correcto utilizar el hilo dental. Nadie nace sabiendo, y los profesionales siempre están ahí para formarnos en los temas que más desconocemos.
La mejor forma de aprender las instrucciones del dentista es llevándolas a cabo todos los días y con constancia. Para conseguir esta constancia lo mejor es estar motivado con la idea de mejorar el aspecto de los dientes, de prevenir enfermedades graves, de mostrar una boca sana, limpia y fresca como parte de una personalidad responsable y que cuida de su salud y de su físico.
Otro paso importante para no descuidar la higiene bucal es la planificación.
Antes de acostarnos y de poner el despertador, deberemos recordar que tendremos que reservar tiempo para lavarnos los dientes. Siempre lo haremos después de desayunar, y no al revés. Además, trataremos de guardar de forma ordenada el cepillo, el dentífrico, el vaso y la cinta dental siempre en el mismo sitio y no tirados por ahí. Esto no motivará más. De igual modo, hay que cuidar el cepillo y cambiarlo cada 2 o 3 meses para que siempre cumpla correctamente su acometido y no ensucie la boca en vez de lavarla.
Pautas para un cepillado perfecto
- El cepillado bucal deberá hacerse siempre frente a un espejo, no vale hacerlo en otros lugares como el sillón o la cama.
- En cuanto al tiempo, con un cepillado de 5 segundos cada dos piezas dentales por fuera, y otros 5 por dentro, bastará.
- Una falsa creencia es pensar que si la encía sangra al cepillar los dientes, lo más adecuado será hacerlo mucho más suave porque es el cepillo el que provoca el sangrando, o no cepillar la encía hasta que se cure la supuesta enfermedad, cambiando el cepillado por el enjuague bucal.
- El cepillado se comenzará por las zonas posteriores y más difíciles de acceder, como lo son las caras posteriores de las muelas del juicio o el segundo molar, por detrás y por fuera.
- A menudo, mucha gente sólo se preocupa por la cara exterior del diente, olvidando la cara interna y la línea dento-gingival. Error. Tampoco deben olvidarse los incisivos inferiores por dentro, ya que suelen acumular una gran cantidad de sarro.
- Otro error es cepillar los dientes de arriba y abajo al mismo tiempo con la boca cerrada, deberemos hacerlo primero con los de arriba y luego con los de abajo, o viceversa.
- El cepillado debe colocarse en la unión dento-gingival en un ángulo de 45º, haciendo movimientos vibratorios verticales y oscilantes, en dirección a la encía y dentro del surco gingival.
Recomendaciones de Clínica Dental Irene Morales
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Pregúntanos siempre que tengas alguna duda respecto al cepillado, nos encontramos en Calle Nueva San Antón, en Granada.
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Si te ahogas con facilidad o te cuesta respirar por la nariz, tómate tu tiempo y usa poca pasta dental, lo más importante no es la cantidad de pasta, sino el cepillo que se use y la calidad del cepillado.
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Si sientes molestias en las encías, no dejes de cepillar, sólo hazlo un poco más suave. Y no olvides visitar a tu dentista de confianza para sanar el problema que tengas en las encías. A menudo, tan sólo bastará con hacerse una limpieza dental profesional en profundidad y eliminar todo el sarro que se encuentra en el interior de las encías y que provoca dolor y sangrado de las mismas.
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Nunca te olvides de usar hilo dental, éste evitará la mayoría de caries y ayudará a mantener la boca en unas condiciones perfectas. Sólo con esta herramienta el cepillado será completo.
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